Fuera de combate...

Ayer no fue un buen día para mí, ni lo es hoy, ni lo será por muchos días... En un rato, expectativas por las que viví durante este último año y medio, se evaporaron en unos minutos, como un sueño, como una situación irreal. Aún hoy no me lo creo.

No me creo que por ahora no tenga un nuevo objetivo, que mi vida del día a día tome un replanteo diferente al de estos últimos meses. Sin objetivo no soy nadie, no soy YO.

Ahora mismo no me encuentro. Pierdo el sentido y simplemente, mi mente se queda en blanco, no piensa en nada. Mi mirada no se dirige a ningún punto fijo, simplemente se limita a enfocar hacia ninguna parte.

No existe sonrisa, solo rabia, mucha rabia, tampoco me apetece hablar. El YO que ha sabido en todo momento que camino elegir, como moverse, como emplear el tiempo, como planificarse….ha desaparecido. Estoy perdido y no me encuentro.

La vida es injusta muchas veces, pero las lamentaciones no hacen fuerte, al revés, te quitan energía, pero qué difícil es mantener esa energía...A mí, por ahora, se me ha acabado.

Esfuerzo y tesón no terminan de verse recompensados. Es como darse cabezazos con un muro de hormigón. Soy cabezón y mucho, lo reconozco, pero tengo la herida bien abierta por golpear y ya no cicatriza tan fácilmente, pierdo tanta sangre como energía, ilusiones y sueños por una vida mejor. Estoy agotado. De nuevo, me he quedado en el camino y lo peor, que cada vez me resulta más difícil tirar el muro. Aún no me he curado del palo anterior.

Me siento en un mundo aparte, distante de los demás y de las sensaciones, como si fuera transparente y los que me rodean no me vieran, como si a la vez yo pasara desapercibido de ellos pues ellos no entienden como me siento.

Ando sin rumbo, sin timón, nunca he estado tan perdido como ahora.

Echo de menos las cosas por las que he renunciado en el pasado, lo no vivido. Estoy de nuevo al principio del camino. Todo vuelve a empezar si es que quiero empezar porque no lo sé. Sigo perdido y no sé si encontraré el camino y si éste será el correcto. Las palabras “optimismo” y “suerte” para mí han cambiado de significado, más bien no existen.

No me apetece saber nada, al menos de momento, del mundo que gira en torno a las oposiciones, estoy asqueado por todo el negocio que hay montado, decepcionado con el sistema, conmigo mismo por no saber si he elegido la profesión correcta y siempre me voy a topar con unas u otras cosas que me van a hacer caer, y que por mucho que ponga de mi parte, son insuperables pues no dependen directamente de mí. Nunca he dudado de mí mismo, y ahora es algo presente.

Cuanto más alto estás, más dura es la caída, eso dicen. Mi mente, mis ganas por vivir y mi energía estaban en el cenit hasta no hace mucho, ahora y tras la caída en picado simplemente ni existen. No hay ni energía ni ganas de vivir, todo por un futuro un poquito mejor.

Algo ha cambiado en mi vida en apenas un día y lo sé, al igual que sé que no es un sueño por muy irreal que me parezca, porque en los sueños todo va bien, eso nos han enseñado o vendido.