Vía abierta por Daniel Guirles y Luiso Campos ¡¡¡ Qué
grandes !!!
Clásica imprescindible, surca de forma inteligente parte del paño
central del Yelmo. Primero a través de una gran placa que combina pasos de adherencia
y pequeñas regleta, después aprovecha una serie de viras, fisuras y repisas con
una escalada intuitiva y algo zigzagueante, para finalizar el viaje en su
último largo con otra placa de adherencia y romitos.
Esta vía la hicimos este invierno pasado junto con nuestro
amigo Luís. Fue un plan como aquel que dice, de un día para otro, a pesar de que
la teníamos en mente desde hace años.
Material necesario: friends del 0’75 al 3 de camalots,
semáforo de alien + azul, 8 cintas express. Fisureros prescindibles.
Recomendable hacer esta vía con frío o día nublado, lo
agradeceremos. Por otro lado y si ha llovido recientemente, es posible que
encontremos algunas zonas mojadas (visible desde pie de vía).
Como viene siendo lo normal en el Yelmo, es una vía parca en
seguros fijos entre reuniones (equipadas). Esto se traduce en que hay buenos alejes y no todos los pasos se
pueden proteger como a uno le gustaría.
Grado máximo obligado: V+ y A0, en libre
6B.
Empezamos la escalada por un canalizo fácil. Superado, hay
que hacer una corta travesía horizontal hacia la derecha, ya a cierta altura
del suelo, para llegar al primer parabolt.
Placote de adherencia el que tenemos frente a nosotros, que se va poniendo cada vez más pino a medida
que ascendemos, con su paso más difícil para salir de la última chapa.
Alcanzada una estrecha repisa tras el paso duro, toca
emplazar un buen seguro porque los metros que quedan hasta la reunión son “a
pelo”…
El segundo largo de grado más amable, zigzagueante, y de templar, decide dárselo Laura.
Hay un paso fino de fé pedricera y equilibrio para salir del parabolt. Hay que navegar por el terreno más lógico para llegar hasta la repisa donde se encuentra la R2.
Los dos siguientes largos que quedan, a pesar de su grado amable,
quizá sean los más expo de toda la vía, por lo que un cerillazo inesperado
puede ser antológico. En ellos es donde verdaderamente te das cuenta de lo avanzado
para su época que eran los aperturistas, pues no disponían del material ni de
la información con la que contamos actualmente para ir por estos “tumbados”.
Si hasta este punto se ha ido resolviendo bien los metros de
escalada anteriores, no deberíamos de tener problemas.
La primera parte del cuarto largo se puede proteger con friends
medianos en unas fisuras visibles desde la R3 y previas a la característica laja
invertida en forma de media luna, punto donde poner algo a prueba de bombas.
A pesar de la exposición de la segunda parte, es un largo
buenísimo que bien recuerda a la travesía de su vecina “Caballo Blanco”.
Terminada la vía, y si hay cordadas que estén realizándola
por debajo nuestra, se recomienda bajar por la Valentina. Si no tenemos a
nadie, otra opción es repelar como fue nuestro caso.
Una buena jornada la que pasamos en la Pedri, como siempre. ¡¡¡ Ahora a esperar a que haga frío !!!
*** BUENAS ESCALADAS ***
Una clasica imprescindible.
ResponderEliminarQue alegria volver a leer vuestras andanzas.
Un abrazo.
Efectivamente elmusgonuncaduerme.
EliminarTenemos muuucho que contar, a ver si nos ponemos al día poco a poco!!!
Un abrazo, nos vemos ;)